Compost
El compost para enriquecer el suelo.
¿Para qué enriquecer el suelo?
Da igual qué tipo de suelo se tenga, es indispensable aportarle materia orgánica. La misma ayuda a mullir y airear el suelo, mejora la capacidad de retención de agua y nutrientes, y da un material que atrae a los microorganismos, hongos, lombrices… que mejoran la salud de sus hortalizas. Si los mismos están bien alimentados, se defenderán mejor contra los organismos indeseables.
¿Cómo hacerlo?
1. El compostaje
Puede aportar materia orgánica en bruto (hojas, excrementos no descompuestos) al menos un mes antes de la siembra, o compost listo para usar justo antes de plantar. El compost es el resultado de la descomposición de los residuos del jardín y de la cocina. Es la base de la fertilización del huerto.
Si no puede producir un compost casero porque no tiene jardín o simplemente un pequeño patio, o vive en un apartamento sin zonas exteriores, puede comprarlo en sacos o hacer que se lo lleven a casa, incluso camiones enteros si es preciso. Puede también acudir a un experto en compostaje que le ayudará a reciclar sus residuos orgánicos gracias al compostaje con lombrices. El compostaje con lombrices es la digestión de los residuos orgánicos por nuestras amigas las lombrices en un lombricompostador, permitiendo así a las personas que no tienen mucho espacio verde reducir y valorizar sus residuos de cocina en un pequeño espacio.
2. Los abonos verdes
Un abono verde es un cultivo destinado solo a ser enterrado en las capas superiores del suelo, para mejorar su fertilidad. Así complementa la acción nutritiva del compost. Algunos tipos de abono verde, gracias a sus raíces, permiten que los elementos minerales suban a la superficie.